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La Tristeza de mi Origen


Y ahí estaba yo, perdida ante el desconcierto que causaba en mí el momento etéreo por el que atravesaba, recorriendo un camino terso y sutil como la tela estelar nocturna.

Mientras más me alejaba mi ser perdía su calor original y el frió invadía cada parte de mí, mientras más me alejaba me abandonaba la existencia, me consumía en la nada.

Pude notar que había un desgarrador peso sobre mí, me sentí sola y extrañamente un sentimiento depresivo se apoderaba de mi fracturada alma.

Paré mi andar por un segundo, volteé hacia arriba y observé sus ojos melancólicos, vi la huella que dejó mi camino sobre su suave rostro, en ese momento comprendí que yo no era más que una lágrima... todo mi ser era una lagrima fruto de la tristeza que causaba en ella tu absoluta ausencia.



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